El objetivo de la estabilidad presupuestaria es deseable. Nadie podría decir que no. El ajuste entre los ingresos y los gastos es precisamente lo que nos permite vivir sin sobresaltos tanto en las economías domésticas como en las nacionales. El problema es que la economía nacional en los países más pobres es todo menos nacional. Es y ha sido, en muchos sentidos, desde siempre unas economías intervenidas. Y especialmente, lo han sido desde que se puso en marcha el eufemísticamente llamado proceso de globalización.
La cuestión es que a mí, que no soy economista, las cuentas no me salen. Resulta que se quiere conseguir el loable objetivo de tener el menor déficit posible, ya no un déficit cero y, si antes de recibir una gran cantidad de dinero de las arcas comunitarias, ya lo teníamos difícil… resulta que, una vez recibido éste y siendo prioritaria su devolución por encima de las necesidades de los ciudadanos… nos encontramos con el siguiente panorama.
No se debe olvidar mencionar aquí que, aunque nos repitan hasta la saciedad, la mejor gestión de lo privado frente a lo público no sólo ese aspecto es cuestionable sino que lo privado siempre resultará más caro puesto que, al coste del servicio hay que añadir el beneficio que se pretende obtener. En efecto, ninguna empresa es una ONG y, en ese sentido, si obtienen un contrato para la gestión de servicios públicos en áreas como la sanidad o la educación, se hace exclusivamente por los beneficios que eso les pueda generar. Y eso, teniendo en cuenta además que, los contratos se deciden en función de amiguismos y de intercambios de un favor por otro. Eso implica una corrupción enorme en la que los ciudadanos seremos meros rehenes.
Resumiendo, estamos abocados a una servidumbre digna de tiempos muy pasados pero, en un país que ha vivido razonablemente bien durante bastantes años, y eso es precisamente un motivo de preocupación para nuestros gobernantes. Y es que, es difícil privar a la gente, de la noche a la mañana, de recursos en bienes y servicios que ha venido disfrutando.
La colonización de nuestro país por Alemania, con las condiciones draconianas que nos están imponiendo está teniendo una amplia respuesta en amplios estamentos sociales y ha conseguido unir a gentes de edades y procedencia muy diversas.
Y repito, es una auténtica locura colectiva tanto alemana como, por supuesto, de nuestros líderes españoles pensar que es posible pagar semejante deuda que, día a día, crece gracias a los intereses y, al mismo tiempo, generar crecimiento económico con las políticas de austeridad que ya se ha visto en los países de nuestra entorno lo que generan… un mayor empobrecimiento de la sociedad de esos países y un endeudamiento de por vida… en otras palabras, trabajadores esclavos. A lo mejor, por eso se siguen manteniendo contra toda lógica. A lo mejor es precisamente eso lo que nuestra Alemania “querida” con la extraordinaria disposición de nuestros dirigentes de extrema derecha (la que nunca se fue y siempre gobernó en las sombras y con mucho maquillaje)… A lo mejor es precisamente lo que quiere Alemania es conseguir mano de obra barata y encima muy profesionalizada… Esta vez los emigrantes no serán gentes sin estudios sino gente extremadamente preparada que podrá hacer a Alemania más competitiva… Es bastante probable que se trate de eso. Que lo consiga o no dependerá de qué no nos cansemos en alzar nuestra voz…
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